Almanzurbillah

De repente un nombre, se hizo principio en el tremendo buscador, que tiene para cualquiera, cerca de un trillón de entradas. Pues no, él lo consiguió, ellos desconocian la leyenda. No sabían, afortunadamente de su existencia. La CIA está detrás, ¿qué demonios significa Almanzurbillah?, quiero dirección, nombre, tamaño, con quién duerme, quién le hace la cena. Oido por los pasillos de Langley.

De su existencia, nada, podrán saber de sus datos contables, de sus números que lo atan al terreno, pero de su existencia, se joden que no tendrán nada que saber. Los espiritus creadores de luz, son dificiles de describir, no atienden a patron. Ora pinto, ora amo, ora sonrío, ora voy, ora vengo, ora degusto placeres…

Por la calle va, como cualquiera, pero puesto de perfil se le atisva la distinción, de lo diferente. Subido a sus zapatos, se desplaza cual persona normal, pero de cerca le brilla un colmillo. De palabra justa, medida, terciada, perpendicular, lisa, provocadora, adjetiva, diccionario de jaiku.

Veranos después de que Cuadrophenia, lo mantuviera en el limbo lisergico. Y justo después de que una silla de Casablanca, le peinara el pelo a lo afro (lo cual significo una premonición). Nos apareció en la playa, con paleta y pelota, con Meyba, pero moderno. Para solaz de guiris hembras y algún que otro macho. Para correr la barra por dentro y por fuera, para bañarse con una goma fria, mientras arañaban la puerta de chapa por fuera. Para inventar palabros a zapatazos, contra un «lentilloso», que terminó fotografiado a la izquierda del padre.

«…y ahora que hacemos yogourt?», escuchó aquella mañana, y quedó conmovido, para siempre. Me nombró «semariló» de la tierra, copiose, como buen creador, de una matricula que nos paso por encima. Como le pasé yo, a aquel almonteño, de «¡me cago en la viggén copón!». Amigo del corazón, de todos los que lo somos…

Besos.

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