Mañana de domingo

En ese momento la locutora de una radio local glosaba las inversiones públicas futuras, presentes y pasadas. Es domingo mañanero y la espalda que miro me reconforta, la repaso de cerca y huelo, una y otra vez. En El Mundo sale otro que se gasta el dinero en una izquierda publireportaje (contradictoria palabra ¡proclamo!), en foto de cuerpo presente y presentando alguna cinta inaguradora.

En estos pagos andan enfuruñados por las esquinas unos y otros, los dimisonados y los que invitaron a salir, queriendo pero no pudiendo arrancarse por peteneras y cantar, cantar por ellas o por otras artes. Acariciando la piel percibo como se erizan los bellos casi imperceptibles, que por ello se libran del fuego abrasador de la cera cosmética. Siguiendo con la campaña de cinta selladora, que inaguraron con la piscina, continuaron con un local que tenía licencia y siguieron con una sala cultural de reuniones que de pronto se tornó en ruinosa para no acojer reuniones «clandestinas».

Después de aquella obra cerrada por «todo el papel vendido», se pretende seguir con la idea de la otra, a futuro igual tambien ruinosa, a presente seguro lo será para los cimientos de los hogares colindantes, que cerebros mas privilegiados tienen ellos y que minúsculos «semos» los demás. Al final respiramos agitados y sonreimos felizmente.

Mientras el dial me sigue mostrando la voz, temblorosa y desgarradora de Tom Waits, versionando magistralmente a Elvis.

Besos.

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