Plano de una mente cero

No tengo memoria de lo ocurrido, no consigo ser, ni siquiera haber sido. Ahora mismo soy un ectoplasma sin hache, no tengo nada dentro, por más que hago una introspección, que adentro apartando entrañas apestosas, jugos que no se si son gástricos o son detritus de un cuerpo que empezó a morir al segundo de nacer, allá por el 68, cuando los modernos que ahora escriben columnas en las páginas derechas se arremolinaban a los pies del Molin Rouge con una pancarta en la mano y en la otra la polla mirando los dibujos de las vedetes.

Mi psiquiatra online me recomienda una vez más que escriba todo lo que se me ocurra cuando me encuentre en el pozo, ahora lo estoy. No siento las tripas, como cuando nadie lo hace, miro alrededor para que ni yo mismo pueda darme cuenta. Hace tiempo que dejé de ver fantasmas, ahora los tengo en los hombros cada día, ya no me siguen se limitan a ser transportados gratis, entiendo que algún día veré la luz, pero ahora es de noche.

Siento la oscuridad ofrecida.

Besos.

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