Acuapark
Era jueves y tocaba unas tapas con los peñistas, cuando di por terminado el encuentro gastronómico me acordé que debía pasar por la farmacia Fleming – perdón Mario, pero es que así se ha quedao- a comprar Fabe de Fuca para el tránsito intestinal. Llovía y juro que las canales se confabularon para apuntar todas a mi tremendo paraguas rojo. Éste se afanaba para no dejar pasar gota pero a duras penas lo conseguía.
Había recorrido la calle Arriba, abajo, y tras completar el mandao en la deconstruida plaza me dispuse a lo peor, la Calleja, que en aquellos momentos era una gran cortina de agua y sus baldosas habían desaparecido bajo un río que bajaba en dirección a Monca. Está meridianamente claro que me gustan las situaciones límites, sin unas botitas de agua siquiera este sorollito se adentraba en el peor día de todos los acaecidos con lluvia del invierno.
Tras pasar por Dorronsoro road -¡qué buen doctor!- e hipnotizado por cómo iba la carretera Calañas abajo, perdí pie y caí en lo que luego adiviné era una arqueta lo suficientemente grande como para admitirme como visitante. Menos mal que hice la mili donde la hice y me adiestraron para lo peor, que ahora mismo me venía como anillo al dedo.
Arrastrado por el tremendo torrente subterráneo, iba tomando aire y agua al unísono como recordaba me habían indicado para estos casos. Conforme iba desplazándome por las alcantarillas he de reconocer que me sentía cada vez mas cómodo en mi insólita travesía subterránea, mecido a la par por el líquido elemento y por unas voces angelicales que ensayaban la tremenda partitura de Don Hilarión Eslava que por estas fechas nos visita; colegié que debía estar cercano a la parroquia. Debí torcer en dirección al Tablajero, pues por el rabillo del ojo intuí a Cayuela Jr. fotografiando la crecida a la par que escribía en su blog la enésima protesta por los desagües prometidos y jamás realizados y quise gritarle que yo los veía bien, leches, iba por ellos sin atorarme.
Más abajo, después de unos rápidos embravecidos, juro que pasé cerca de los Independientes, pues a lo lejos escuché cómo tenía uno acorralado a otro en la esquina de la barra contándole cómo había abatido al último berraco, aunque éste se fuera herido y nunca encontrado.
Poco antes de salir a cielo descubierto adiviné lo que deben de ser las cloacas de las cloacas, que es donde se sitúa lo peor de todos y, créanme, en penitencia deberíamos estar todos todo el año, porque vaya tela la mierda que aquello tenía. Por nombrar culpas que no se quieren admitir, pastores de iglesias lejanas y cercanas que en vez de mostrar los pastos se comen a las ovejas púberas, pastores de ellos a su vez que hacen tratos para exculparlos. Ingesta de ácido úrico a cargo del erario público y aperreos infantiles a cuenta de no pagar a los músicos, callados a ritmo de cornetas y tambores, afeando actos de misterio y queriendo agriar las torrijas pascuales. Incluso amanuenses locales adheridos cual percebes a una roca dando de comer a los egos con sus adverbios y soplando al odio, ha sido Antonio, ha sido Carlitos, ha sido…
Fue entonces justo cuando se hizo la luz que adiviné la EDAR y me dije: josemari se acabó el quinario, allí trabaja tu compadre chicuti y seguro que te ve, porque es buen gurúmelero y sabe distinguir entre un terrón agrietado y un capullo que viene flotando lleno de mierda ribera abajo. Y me vio, llamándome y riéndose de mi situación me zarandeó y me dijo con la voz de mi mujer “…anda que anda, la próxima vez que tengas peña vas a dormir en el sofá que me has dao una nochecita, hijo mío”.
qué hartón de reir. qué buena la parte de los desagües de Cayuela Jr. genial
ah, y no se te ocurra dejar la peña de los jueves. quién fue el que dijo de musas heliconianas en un comentario anterior??????
que a los pastores les gusta el vino, que lo sé yo muy bien. que si no de qué. que de otra cosa no pero de poesía bucólica lo que quieras. lo dicho, tú sigue así jueves tras jueves.
¿Pero te ha pasado de verdad?
Aún me lo pregunto, querido Juan!!